martes, 28 de diciembre de 2010

historias cortas de canciones

Otra noche más sin poder dormir, en mis sueños siempre estas. Me levanto de la cama, empapada en sudor. ya no sé que puedo hacer para acabar con todo esto. El dolor día a día se incrementa, no sé cómo solucionarlo. Los días felices que pasamos juntos, siempre en mi mente están, eres el vivo recuerdo que me hace seguir adelante. Como la lluvia cuando empieza a caer desde el cielo y nos va empapando con su manto. En una noche fría abrazados bajo la luz de la luna, nos demostramos nuestro amor. Un amor que nadie lograra separar, aunque la distancia este entre nosotros, este prevalecerá siempre, porque nuestros corazones son fuertes y están unidos eternamente. Me encuentro tan sola y perdida sin ti. La luz de mis días se fue apangando con tu ausencia. Nunca entendí que pasó, porque me dejaste. Mi corazón llora lágrimas de sangre sin ti. No hago más que llorar, me siento tan triste, que nada en el mundo me hará volver a sonreír. Me haces falta a cada segundo para poder seguir respirando. Sin ti mis días no tienen sentido, no vale la pena vivir sin tu amor. Regresa por favor te lo pido, vuelve a mí, dame tu mano y sácame de este infierno que va acabar conmigo. Tu mirada con la mía, tu mano junto a la mía, tu sonrisa y la mía. Cada parte de ti, forma parte de mí, somos dos almas en el mismo cuerpo. Unidas por el destino, que juntó nuestros caminos para amarnos eternamente. Un amanecer a tu lado, un atardecer junto a ti. Cada noche de luna viajamos juntos a nuestro paraíso, donde el amor flota en el aire, donde todos son amados. No existen guerras ni riñas, solamente amor y paz. Ese es nuestro lugar, nuestro propio paraíso. Desde la ventana veo llover, imaginándonos allí cada día de nuestras vidas hasta envejecer. La felicidad de tus besos, la sensualidad de tus caricias que recorren mi cuerpo, mientras bailamos un tango bien pegados. Me vuelves loca. Porque no te vi antes. Todo este tiempo lo perdí sin ti. Bailamos acompasados marcando un ritmo sensual. Mis caderas contoneándose a tus pasos, se desprende pasión a cada mirada, cada sonrisa pícara. La música se detiene, jadeantes nos paramos en seco, nos miramos y ahí llega ese beso tan deseado durante el baile. El beso que nos hace perder la concentración, que nos hace fallar en cada paso. Pero ese beso, es el que demuestra que nos amamos y que nuestro amor es tan intenso como el baile. Una vez más suena la música. Nuestros cuerpos comienzan de nuevo a llevar el ritmo que terminara en un beso. Mi cabeza gira y gira y tú dentro de ella, me vas a volver loca. No aguanto más estar en estas 4 paredes, necesito verte. Salgo de casa en tu busca, no sé donde estarás, ni si te encontrare, pero mi corazón es sabio y me guiara junto a ti. Bajo la lluvia camino sin cesar, empapada hasta los huesos, no me importa, porque sé que te voy a encontrar. Al girar la esquina, tropiezo y caigo entre tus brazos, que me abrazan y me cubren de la lluvia. Nuestras miradas se cruzan y en mi corazón una punzada me dice que eres tú. Tu mano roza mi cara helada y sonriente tus labios buscan los míos dándome su calor. Dulce bebe que llegaste a este mundo, en el que todos esperábamos ansiosos ver tu carita. En el que nunca te va a faltar amor y cariño. Tu dulce bebe, con tu carita de ángel, nos hiciste llorar al nacer y ahora nos haces sonreír. Con tus manitas nos demuestras el amor cogiendo fuerte nuestros dedos. Y con tu llanto te haces presente para que estemos junto a ti. Tu dulce bebe que acabas de llegar al mundo y con tu llegada has traído amor y paz para todos Me gritas una vez más, estoy harta, ya no sé que voy hacer. Te odio y te amo a la vez. Debo salir de aquí, tengo que huir. Bajo deprisa las escaleras que me llevan lejos de ti, ahora mismo es lo mejor. Tu sales tras de mí, ambos corremos por la calle. Tengo miedo. Se lo que pasara cuando me alcances. Cada vez estas más cerca de mí. No quiero volver la cara, no quiero verte. El frio hace que lagrimas recorran mi rostro. Sigo corriendo, las fuerzas me fallan, no puedo más, debo esconderme. Un portal abierto será mi salvación. Entro en él, el corazón me late más deprisa cada vez, mi respiración acelerada, poco a poco vuelve a la normalidad. Inhalo aire desde lo más profundo de mi ser. Cierro los ojos para relajarme y cuando los vuelvo abrir ahí estas tu, con tu sonrisa en la cara. Me coges con fuerza y me besas.

viernes, 24 de septiembre de 2010

TU

Tú que eres la persona que menos esperaba, tú, que en tan poco tiempo tanto me has demostrado. Tu, que iluminas cada día con tu luz, que llenas de esperanza cada parte de mi, tu, que estas tan lejos y a la vez tan cerca, que te siento a cada momento junto a mí. Tú y solo tú que vives por mí, que amas por mí. Y yo, que muero sin ti, en la lejanía de tus besos, en el silencio de tus palabras. Pero vivo con la esperanza de que algún día tu luz será mi luz, y yo la estrella que te guie. De que seremos dos almas unidas en un solo cuerpo, para amarnos durante toda la eternidad.

SEGUNDO ENCUENTRO


-Aquel día parecía no acabar nunca. Ella solo hacía que pensar en que llegara la noche, en el momento de encontrarse con el cara a cara, de no saber cómo reaccionar. No sabía si la abrazaría o si la besaría o simplemente se mirarían avergonzados, después de tanto hablar por MSN, no debería existir tal pudor, pero en ese momento siempre aparecían los nervios.
Quedaba solo media hora para cerrar la tienda, el corazón se le aceleraba de pensarlo.
Tenía que ir a casa, una ducha rápida y en marcha. Se imagina a él, nervioso, desesperado por que llegara la hora de encontrarse, de cruzar miradas, gestos, palabras....
Llego a casa, por fin, después de una larga jornada de aguantar abuelitas pesadas que no encuentras las cosas. No sabía que ropa ponerse, estaba demasiado nerviosa.
Cogió un vaquero del armario una camiseta bien escotada, eso que no faltara, y se fue a la ducha
En 15 minutos estaba lista. Deseaba llegar allí en cuanto antes, ver si él la esperaba o era ella la que debía esperar.
Saber si cuando estuviera con él, sería como cuando hablaban por MSN.
El era un chico muy dulce, diferente a lo que había conocido antes. Sabia tratarla bien, se preocupaba por ella, le daba en definitiva, lo que otros no la habían sabido dar.
Subió al coche y le dio voz a la radio. Cantaba sus canciones favoritas, para ver si los nervios despearían aunque fuera un poco.
Iba llegando al sitio donde habían quedado. Ella miraba buscándole, era tarde, hacia un poco de frio, no había mucha gente por la calle. Y a lo lejos diviso una silueta, era él, la esperaba de pie, cerca de su coche. Ella enrojeció de verlo de saber que lo tenía tan cerca, que era real, que lo podría tocar en apenas unos momentos.
Cogió aire, aparco y salió del coche con una de sus mejores sonrisas.
El la vio y también dibujo en sus labios una sonrisa. Por fin estaban uno frente al otro, sin pantallas que los separaran, sin teclados para comunicarse.
Se acercaron y se miraron sin decir ni una palabra.
Hablaron con las miradas, con las sonrisas, pero al fin ella le dijo que donde iban, que le apetecía hacer. Entonces él la miro y le dijo:
¿Sabes que me apetece hacer?
Cogió su cara dulcemente entre sus manos y la besó.
La beso lento, rozando sus labios, sintiendo el calor de su Beso. Saboreando su dulce boca sintiendo que al fin estaban juntos

El cogió su mano y la llevo hasta su coche.
Ella no podía dejar de mirarlo, deseaba que los Besos no acabaran nunca, tenerle siempre entre sus brazos.
Fueron a cenar, hablaron de muchas cosas que ya sabían, pero que era mejor oírlas de nuevo cara a cara.
Los dos necesitaban desatar la pasión que habían acumulado esos meses en los que solo se habían comunicado por MSN.
De vuelta al coche el cogió su mano, la acariciaba dulcemente, le gustaba sentir el contacto de su piel suave, el mismo que imaginaba cuando hablaban por el ordenador.
Al llegar al coche, se volvieron a besar, pero esta vez fue con más pasión, con más deseo con un fuego que sería difícil de apagar
Subieron al coche y el la llevo a su casa. Cuando entraron al portar, los besos empezaron a ser por el cuello, suaves mordiscos, que hacían que le recorriera un escalofrío, y le excitaban muchísimo. Las manos recorrían sus espaldas desesperadas buscando un sitio donde poderse agarrar, la ropa descolocada los Besos inacabables.
Llegaron a casa el abrió la puerta, entraron, pero no les dio tiempo ni a encender la luz ambos se abrazaron con fuerza.
Ella le quito la camiseta sin pensárselo, necesitaba tocar su cuerpo desnudo sentir su calor, recorrer con sus manos cada centímetro de él.
Besar ese cuerpo que tantas noches había imaginado en su cama junto a ella.
Lamio con ganas su cuello bajando hasta su pecho, saboreándolo, sintiendo como su corazón se aceleraba cada vez que ella iba bajando más y más
Llego hasta el botón de sus vaqueros notaba como él se excitaba mas y mas,
Le gustaba sentir ese poder.
Jugueteo con su botón, sus manos se deslizaban al rededor de su pantalón.
Volvió a subir recorriendo su cintura, su ombligo, jugueteando con sus pezones hasta llegar a su boca y lo beso con tal pasión que él la tuvo que apartar la puso en la pared y le quito su camiseta toco sus pechos, desesperado ardiente de pasión y de deseo y beso su cuello bajando hasta sus pechos con mucha agilidad paso la mano por detrás de la espalda y desabrocho el sujetador que dejo al descubierto unos pezones muy duros
A causa de la excitación
Ella jadeaba respiraba cada vez más deprisa su corazón se aceleraba, al igual que el de él.
Sin dejar de besarla, la llevo hasta una habitación con una gran cama. La dejo caer y él se dejo caer también. Seguía recorriendo su cuerpo, con sus besos,
con sus manos, llego hasta su pantalón y lo desabrocho, ella lanzo un gran gemido, sabiendo que él se acercaba a su punto de placer.
El jugueteo con el pantalón, pero acabo quitándolo.
Sus besos eran ahora por sus piernas cerca de las ingles, ella estaba cada vez mas excitada sentía como él se acercaba mas y mas, y lo deseaba, deseaba que él la tocase que sintiese como la tenia de excitada.
Puso una mano en la pierna de ella y la recorrió suavemente, hasta llegar a su tanga que toco ligeramente noto que la humedad de ella lo había empapado y su excitación aumento mucho mas, tanto que le quito el tanga sin pensarlo.
Con su mano empezó a tocar su sexo a notar su clítoris excitado, húmedo.
Escuchar como ella se excitaba como gemía jadeaba se movía quería sentirlo
Y él solo de escucharla estaba a 1000 no podía parar, le volvía loco sentirla así, tenerla al fin para él.
Bajo con su lengua y recorrió suavemente todo su sexo, jugueteo con su clítoris, su lengua era muy hábil por aquellos caminos y ella se volvía loca de placer de sentir, le decía que no parara, que lo hacía muy bien y él se excitaba más y más de verla así.
Pero ella también quería hacerle disfrutar a él, no quería llegar ya así, sin que él no disfrutara. Así que le cogió le besó y empezó a Lamer su cuerpo.
Llego al pantalón y se lo quito sin rodeos la tenía muy dura ya.
No estaba mal lo que veían sus ojos, así que empezó acariciarla con su mano,
dulcemente arriba y abajo sin parar, escuchando le excitación de él. Con cada movimiento su lengua rozaba la punta y así se la metió entera en la boca, sintiéndola, saboreándola empezó a moverla dentro de su boca muy despacio metiéndola y sacándola lentamente jugando con ella, viendo como él se moría de deseo, de que fuera más deprisa.
Así volvió a introducirla dentro de la boca y fue moviéndola cada más deprisa.
A ella le encantaba hacer eso, hacerle disfrutar de aquella manera, sabía que después de esta vez habría más y más veces. Le encantaba que estuviera tan excitado. Ella se movía mucho más deprisa, sin parar, más deprisa mirándole, escuchando sus gemidos de placer y a ella eso la volvía loca, hacían que no quisiera parar nunca de hacer aquello.
Seguía con más ganas de recibir el gran premio que conllevaba hacer bien aquel trabajo recibir aquello que buscas con tanto empeño.
Deseaba que él se corriera para ella sentir todo su semen dentro de la boca, sentir su sabor, su fuerza, la cantidad todo para ella eso era lo mejor.
De aquel momento, sentir la excitación, hacía que ella estuviera mucho mas mojada, deseaba que la dijera que parara, que no podía mas y ella seguir y seguir hasta conseguir su propósito. Lego el momento en el que le dijo que no podía más que se iba a Correr. Ella le miro con ojos felinos y así de repente sintió ese líquido caliente, de sabor amargo inundarle la boca, y llegar a la cumbre.
El respiraba muy agitado y ella seguía jugando con su Sexo después de que se hubiera corrido.
Al final se quedaron los 2 dormidos uno al lado del otro.

PRIMER ENCUENTRO


Sin darme cuenta se me hicieron las 10 de la noche, baje de casa con un nudo en el estomago y muy nerviosa. El taxi que me recogía me esperaba en la puerta. Subí sin pensarlo y el taxista se puso en marcha. Sabía perfectamente donde tenía que llevarme, él lo había preparado todo perfectamente.
Salimos de la ciudad, la carretera estaba desierta, pero en mi cabeza habitaban miles de dudas, miles de preguntas que al fin esta noche tendrían una respuesta.
Llegamos a un hotel apartado de la ciudad, el taxista me dio la llave de una habitación. Bajé del coche y me dirigí hacia la puerta, allí me esperaba una hermosa chica que me invito a pasar y cogió mi bolsa de viaje.
La verdad es que el hotel no estaba mal. Tenía una amplia recepción muy bien decorada con sofás clásicos y pinturas en las paredes. Había muchas flores por todos los lados y una gran lámpara colgaba del centro de la habitación. A la derecha habían unas escaleras que daban acceso a las habitaciones y a la izquierda quedaban los ascensores.
La muchacha me dijo que mi habitación estaba situada en la tercera planta. Cogí el gran ascensor y pulse el numero 3. Supongo que como en la mayoría de hoteles el ascensor me aviso cuando paramos en dicha planta.
Cogí aire por la boca y lo expulse por la nariz, tenia los nervios a flor de piel. Por el momento todo había salido como tantas veces habíamos hablado. Solo faltaba encontrarme con él.
Tantas veces lo había imaginado, tantas veces había soñado con él, con aquel momento, que no me podía creer que al fin estuviera ahí.
Recorrí el largo pasillo lleno de puertas, hasta llegar al final que era donde se situaba la habitación número 9. Abrí la puerta con sumo cuidado. Asome mi cabeza hacia el interior. Había poca luz, pero podía distinguir cada detalle. Entre y cerré la puerta tras de mí.
Me paré nada más entrar y mis ojos recorrieron aquella estancia tan bien preparada, parecía un sueño hecho real. Había velas por el suelo de aquella primera estancia y sonaba de fondo una dulce música. Había un aroma que inundaba la habitación e invitaba a relajarse.
Adelante unos pasos más y pude ver otra habitación con una enorme cama llena de pétalos de rosas, y sentí que la música salía de allí. Entre y comprobé que dentro de aquella maravillosa habitación se encontraba una gran bañera llena de agua caliente con mil aromas en ella y una gran cantidad de espuma. Cerca de allí había una mesa con una botella de champan y una notita. Me acerque sigilosa y cogí la nota.
“Mi amor date un baño, relájate, pronto estaré contigo”
Mi corazón palpitaba cada vez más deprisa, mis nervios estaban desbordados. De repente sonaron unos golpecitos en la puerta que me sobresaltaron. Fui abrir. Era la chica de la recepción que me traía mi bolsa, se lo agradecí y se marcho.
Deje la bolsa encima de una mesa y fui al baño. Empecé a quitarme la ropa lentamente disfrutando de aquellos aromas que me invitaban a relajarme.
Una vez desnuda entre en la bañera y me serví una copa de aquel excelente champan. Me recosté y cerré mis ojos. Empecé a relajarme, intente no pensar en nada, pero él se hacía cada vez más presente, deseaba tanto poder verlo, poder tocarlo, tenerlo delante de mí.
Perdí la noción del tiempo imaginándolo conmigo, tanto que no escuche la puerta.
Juan había entrado sigiloso en la habitación. Había ido hasta el baño y estaba en la puerta observándome. Se acerco lentamente a mí y me acaricio la cara con sus labios. Un escalofrió me recorrió y abrí los ojos.
Me encontré con sus ojos verdes, que me miraban con dulzura, con su sonrisa que me iluminaba, al fin lo tenía a mi lado.
Me incorpore en la bañera y Juan se arrodillo en el suelo, cogió mi cara con dulzura sin decir ni una palabra y me beso. Me beso como hacía mucho que no me besaba nadie. Era una sensación de alegría, de victoria, de saber que al fin mi sueño se hacía realidad.
El beso poco a poco se volvió apasionado, intenso, lleno de deseo. Tire de la camisa de Juan y se la quite. Mis manos ardían de deseo de tocar su cuerpo, de sentir su piel ardiente, tenía hambre de él, de hacer nuestras fantasías realidad.
Juan se levanto y se quito apresurado el pantalón y entro en la bañera. Sus manos eran como serpientes en busca de su presa y las mías la presa que huye. Nos deseábamos tanto que las caricias eran torpes, ansiosas de llegar al placer.
Recorrí el pecho de Juan con mis labios, inundándolo de besos, mientras el recorría mis pechos, dibujando mis pezones erectos por la excitación. Su lengua muy hábil jugaba con los lóbulos de mis orejas, haciendo que escalofríos recorrieran mi piel.
Podía notar como la pasión se apoderaba de él, como su excitación crecía a medida que mis manos lo tocaban, que mis labios bebían de los suyos, que mi respiración se convertía en gemidos.
Juan me cogió de las caderas arrimándome a él para que sintiera todo el deseo acumulado durante meses, para que al fin nos uniéramos, para sentirnos el uno al otro, acompasados, dos cuerpos transformados en uno solo.
Nuestros susurros eran como notas de música cada vez más intensas, como un tango en su momento apoteósico, lleno de pasión y desenfreno.
Nos movíamos al mismo ritmo, sin bajar la intensidad, acompañándonos con infinitos besos e innumerables caricias. La habitación estaba inundada de pasión, de calor. Me abrace fuerte a Juan mientras le susurraba en el oído que era todo lo que había deseado, que la esperaba había merecido la pena y que lo amaba con todas mis fuerzas.
Juan mantuvo mi abrazo, mientras me miraba a los ojos dulcemente y me susurraba que me quería, que nunca me fuera de su lado.
Nos quedamos en silencio. Sin movernos, abrazados el uno dentro del otro, disfrutando del momento, de la música de fondo, del aroma que había en la habitación y que habíamos olvidado por completo.
Juan salió de la bañera cogió una gran toalla blanca que había colgada en la pared cerca de la bañera y me invito a refugiarme en ella.
Salí apresuradamente del agua y me deje caer en sus brazos. Me cubrió con la toalla y me llevo hacia la cama. Me tumbé lentamente y Juan se tumbo a mi lado. Nos abrazamos y nos dormimos uno al lado del otro.

OBSERVADA


Aquella noche se había quedado sola en casa. No tenía mucha hambre así que se dio una ducha y se puso una peli en la tele de plasma. Como no la película era de vampiros. Le encantaba, era algo pasional.
Se recostó en el sofá y pulso el play. Empezaron a salir los tráiler de nuevas películas. Por fin empezaba. Presto mucha atención, el principio de la película era lo que más le gustaba a pesar, de que al menos la había visto 20 veces.
El transcurso de la película fue normal, el típico vampiro galán que enamora a la chica guapa y al final la muerde y la transforma. Pero algo paso antes de que llegara ese final. La película se paro, como si se hubiera bloqueado el Dvd, y de repente sonó el móvil.
Diana se sobresalto, fue a por el móvil y miro el numero, no lo conocía así que descolgó y pregunto quién era.
A la otra parte del teléfono una voz muy masculina pregunto por alguien, alguien que no era ella. Así que dijo que se había equivocado y colgó.
Saco el CD del Dvd y le puso reparador para ver si podía arreglarlo. Metió de nuevo el CD en el lector y busco la escena por la que se había quedado. Volvió acomodarse en el sofá y le dio al play.
La escena continuo como tantas otras veces y la película termino. Apago la tele. Fue a la cocina y tomo un vaso de leche antes de irse a la cama, pero mientras estaba en la cocina le pareció escuchar de nuevo el móvil. Salió corriendo en dirección al salón, pero el móvil no había sonado.
Regreso a la cocina, el vaso de leche se había calentado demasiado en el microondas, ahora tenía que esperase un poco más. Saco la banqueta que había debajo de la pequeña mesa blanca de la cocina y se sentó. Entonces le vino a la cabeza la misteriosa voz de aquel hombre que la había llamado por error.
Recordó que hablaba en un tono más bien suave, con un acento que no era de la zona y realmente una voz muy sensual.
Se dejo llevar por la imaginación y empezó a crearse una fantasía en la cabeza.

Allí mismo, sentada en aquel taburete de la cocina, imagino que aquel hombre la observaba, que miraba cada movimiento que ella estaba haciendo, que la deseaba y que cada noche se sentaba en una ventana próxima a la suya solo para contemplarla.
Las manos de Diana empezaron a recorrer sus muslos desnudos, ya que solo vestía con una camiseta y un tanga, a imaginar que eran las manos de aquel extraño las que la acariciaban, las que hacían que se excitara con cada roce. Diana seguía recorriendo su cuerpo, subía por su cintura hasta llegar a sus pechos, los cuales se habían endurecido por la excitación.
Su boca se entre abría dejando paso a susurros deseosos.
Entonces algo la despertó de aquella fantasía. El teléfono sonaba de nuevo. Sobresaltada salió corriendo al salón y descolgó. Casi no le salían las palabras. Era el de nuevo. No podía ser que se volviera a equivocar, pero tampoco podía ser real lo que acababa de imaginar. Volvió a decirle que se había equivocado. El pidió disculpas y colgó.
Diana fue a la cocina, se bebió el vaso de leche que ya se había enfriado y se fue a la cama.
Intento dormirse, pero no podía dejar de dar vueltas. En su cabeza retumbaba aquella extraña y dulce voz, que la causaba tal deseo, que hacía que sus manos se movieran solas atreves de su cuerpo. Esa voz la hacía arder en deseo de verle el rostro aquel hombre, que la deleitara con sus caricias y sus besos apasionados. Que susurrara en su oído cuantas noches la habia deseado, cuantas noches la habia observado sin poder tocarla, y ahora la tenía bajo su poder. Conocía cada detalle de ella. La ropa interior que usaba. Había visto todos sus conjuntos, sabia cuando ella tenía citas, cuando alguien iba a casa. Sabía cuando se masturbaba, lo sabía todo.
Y ella inconsciente de aquello ardía de deseo de que fuera real, de que algún día llamara a la puerta y sin decir palabra la hiciera suya.
Las manos de Diana jugaban en la humedad de su clítoris, moviéndose lentamente, dibujando pequeños círculos
Notando como cada vez estaba más y más excitada. Cuando notaba que le excitación pasaba a mas recorría su cuerpo con ellas, sus caderas, su ombligo, sus pechos.
A ella le gustaba jugar, disfrutar de su cuerpo, sentir el placer en cada rincón. Su Sexo estaba ansioso de sentir placer interior, de sentir a ese hombre misterioso que habitaba en su cabeza.
Se incorporo levemente en la cama y abrió el cajón de la mesilla de noche y saco de allí un vibrador. Lo toco como si fuera el miembro erecto del hombre misterioso. Jugó con él, lo lamio, lo metió en su boca, lo paso por sus pechos y llego a su Sexo.
Estaba muy excitada, tanto que no tuvo dificultad de sentirlo dentro, moviéndolo lentamente, sintiéndolo más y más profundo.
Y así poco a poco fue aumentando la intensidad de los movimientos, más rápidos, cada vez más. Sacaba el vibrador de su cuerpo y lo volvía a meter unas veces despacio y otros muy deprisa. Su clítoris era 2 veces el tamaño normal. Cada vez que entraba y salía lo rozaba con el vibrador produciendo un pequeño gemido que salía de su boca.
No podía parar de jugar, de sentirlo bien dentro, como si fuera el moviéndose sin parar. Estaba a punto de llegar al final, de sentir el deseo, el placer....
Y ahhhhh, uhmmmm
Todo exploto, Diana dejo caer los brazos sobre la cama, extasiada pero con la sonrisa en los labios.
Se recompuso, respiro y fue al cuarto de baño asearse un poco.
Cuando volvió a la habitación dispuesta por fin a dormir, fue a bajar la persiana y vio frente a su ventana una silueta de alguien que la observaba....
(FIN)

ENEAS 2

Fue entonces cuando algo me desconcertó, un sonido invadió mis oídos, y sobresaltada abrí los ojos. No me lo podía creer, todo había sido un sueño.
Mire a mi alrededor, no sabía dónde estaba. Me senté en la cama y me repuse. Estaba en mi habitación, todos seguía en su lugar. La cama estaba muy revuelta, mire la hora en el despertador y me deje caer en la cama.
En mi cabeza aquel sueño no dejaba de dar vueltas, había sido tan real que aun podía notar la excitación.
Me levante y fui a lavarme la cara al baño. Me mire al espejo, tenía muy mala cara, pese a que el sueño había sido totalmente placentero.
Fui hacia la cocina y me prepare algo para desayunar. Saque el brick de leche de la nevera y me serví un vaso al que añadí un poco de café y un par de cucharadas de azúcar. Lo cogí y me fui al ordenador.
Lo puse en marcha, mientras se iniciaba bebí unos sorbos del café con leche, todavía dándole vueltas al sueño.
Abrí la página de inicio del MSN, puse mi dirección y mi contraseña y espere a que los muñequitos dejaran de dar vueltas, lo que indicaba que estaba listo para ver a mis contactos en línea.
Para mi alegría allí estaba él, conectado y yo deseosa de contarle mi sueño, de que supiera que lo deseo tanto.
Nos saludamos, y como siempre me mando una invitación para abrir las cámaras web. Le advertí que no tenía muy buena cara, pero a el no le importaba, yo le gustaba de todos los modos, o por lo menos era lo que él decía.
Cuando se conectaron las cámaras nos volvimos a saludar, pero en su cara note un poco de preocupación o de seriedad.
Le pregunte que le pasaba y me dijo que estaba un poco mal, porque su mujer terminaba de trabajar al día siguiente y estarían la mayor parte del mes fuera sin poder conectarse.
La verdad es que era una mala noticia, pero no se podía hacer otra cosa.
Le dije que no se preocupara, que ya sacaríamos tiempo para hablar, que nos dejaríamos mensajes por el MSN y que bueno cuando regresara ya hablaríamos.
No me dio tiempo a decirle nada más. Cerró su ventana de repente como tantas otras veces había pasado. Supuse que había llegado su mujer.
Aquel día fue el último que hablamos. Le echaba mucho de menos, pensaba en el cada noche, le escribía cada día, algunas veces obtenía respuesta y otras no.
Casi acabando agosto apareció de nuevo, conectado, feliz. Me dijo que el sábado estaría solo, que era la oportunidad que habíamos estado esperando todo el tiempo.
Su mujer se iba de despedida y no volvería a casa a dormir. La propuesta me gusto, pero me asustaba un poco la idea de ir a su casa. ¿Y si su mujer volvía antes? No quería que pasara algo, el no se lo merecía.
Le dije que lo pensaría, pero que no le aseguraba nada. Durante la semana estuve dándole vueltas, me apetecía mucho estar con él, convertir mis sueños en realidad, pero por otro lado no quería arriesgarme a que nos pillaran. Además tenía un presentimiento en la cabeza, como que no era el mejor momento para quedar. Por qué pasaría algo.
El viernes volvimos a coincidir, el me había escrito algo en su blog. Como imaginaba que sería la noche del sábado si al final me decidía a ir.
Me encantaba su manera de imaginar las cosas, de escribirlas, tenía tantas ganas de poder hacerlas realidad.
Le dije que el sábado por la mañana le diría algo seguro, y que si no coincidíamos que hablaríamos por la noche.
El sábado por la mañana ahí estaba el, esperándome conectado, para ver qué decisión había tomado. Le dije que aun tenía el presentimiento de algo malo, pero las ganas de estar con él podían.
Me dijo que a partir de las 23.00 podía ir. Aquel sábado me paso volando en el trabajo.
Llegue a casa, cene, me di una ducha y me fue camino de su casa.
Cuando ya estaba un pueblo antes del suyo, me encuentro que todos los caminos están cortados, que no se puede acceder por ahí. Menuda mierda pensé, ya sabía yo que algo tenía que pasar. Me pare donde pude y le llame. Tío que mal, le dije. El con la voz apagada me dijo que se imaginaba que había pasado algo por qué no me había visto conectada. Me empecé a reír, ese no era el problema. Le dije que estaba de camino, pero que no podía acceder allí de ningún modo que yo supiera.
Me explico otra forma de llegar, así que me puse manos a la obra. Pero hasta ahí llegaba mi suerte. Por más vueltas que di no fui capaz de llegar.
No podía ser, no me lo podía creer. Desde las 23 que había salido de casa y era casi las 1 y todavía estaba dando vueltas con el coche.
Le llame, le dije que iba de vuelta a casa, que había encontrado el camino para volver, pero no el de llegar. El me dijo que me quedaba la opción de la autovía, pero que si era muy tarde que daba igual, que ya quedaríamos en otra ocasión. Le dije que no podía dejar pasar aquella oportunidad, que no sabía cuándo podría repetirse. Así que fui dirección a la autovía.
Llegue bastante rápido, pero al entrar al pueblo cogí una dirección equivocada. Le llame y le dije por donde iba, me dijo que buscara un Iglesia y que aparcara cerca. Al fin llegaba mi suerte porque al girar la primera calle di con aquella iglesia.
Aparque y me dijo que fuera en contra dirección de los coches, que pasaría un colegio y enseguida estaría en su casa.
El corazón me latía a 100 por hora, al fin íbamos a estar juntos.
La puerta de aquella casa estaba entornada, al empujarla para entrar el tiro desde dentro, dejándome paso.
Allí estaba el, con una sonrisa en sus labios, dándome paso. Fuimos a la sala donde estaba la tele y un sofá rojo. Me pregunto si quería algo. Yo pedí agua. Fue a la cocina y me trajo un vaso lleno. Bebí un sorbo y nos sentamos en el sofá.
Me moría de la vergüenza, y el no paraba de mirarme. Me hacía gracia verlo allí al fin.
Poco a poco se fue acercando a mí. Sus manos empezaron acariciar las mías, recorriéndolas y subiendo por mis brazos muy suave.
Sus labios buscaron los míos, fundiéndonos en un beso suave, lento. Mis manos buscaban las suyas, que recorrían mis piernas y lentamente subían por mis pechos.
El me observaba, miraba mi cuerpo, lo tocaba con suavidad, como dibujándolo de nuevo, y sus labios lo recorrían dándole color.
Cogió mi mano y la llevo a su sexo, estaba realmente excitado y a mí me estaba excitando también.
Mi mano empezó a recorrerle a presionar sobre su sexo, a notar como cada vez estaba más y mas duro. Le desabroche el botón del pantalón y él se los quito. Me encantaba lo que veía, mucho mejor de lo que me había imaginado, de lo que tantas noches había soñado.
Desabroche mi sujetador, y deje libres mis pechos, el los recorrió con su lengua, jugueteando con mi pezón. Mientras mis manos le quitaban el bóxer y dejaban ver toda su hombría. Se sentó en el sofá y empecé a besarle el pecho, bajando lentamente por su abdomen hasta llegar a su sexo duro y erecto.
Tenerlo entre mis manos me excitaba muchísimo. Lo acerque poco a poco a mi boca, jugueteando dulcemente con él. Mi lengua recorría su sexo húmedo, disfrutando de su sabor y de los gemidos que Eneas producía a causa del placer.
Introducí su sexo en mi boca, recorriéndolo con lentitud, sintiendo como cada vez estaba más duro dentro de mi boca, como al llegar al fondo latía dentro de mí. Me encantaba esa sensación de saber que él estaba disfrutando al máximo, que le volvía loco lo que yo le hacía.
El sujetaba mi cabeza, para mantenerla dentro de mi boca hasta el fondo y entonces sacarla, para enseguida volver a introducirla hasta mi garganta.
Estuve un rato jugando con él, haciéndole disfrutar. Luego nos besamos de nuevo y el busco el botón de mi pantalón, que desabrocho con facilidad.
Mis pantalones se deslizaron por mis piernas, y sus manos dibujaron mis muslos descubiertos, hasta llegar a mi culote. Me lo quito sin prisa, pero sin pausar ningún movimiento. Entonces se arrodillo delante de mí, y suavemente abrió mis piernas. Su lengua se deslizo entre mis labios, en busca de mi clítoris, que ya estaba excitado.
Su lengua serpenteaba en mi interior, haciendo que me estremeciera cada vez que me recorría y succionaba mi sexo. Mis gemidos iban en aumento, mi corazón latía cada vez más deprisa y mis movimientos se acompasaban a los movimientos de su lengua.
Lo hacía de maravilla, me estaba volviendo loca, no tardaría mucho en llegar al cielo, y él quería sentirme. Quería que lo hiciera mientras es dibujaba una y otra vez cada parte de mi interior.
Y así llego, mis gemidos muy elevados, llegaba, se lo dije, pero aun así siguió sintiéndome, notando mi humedad, saboreándome.
Me quede quieta, con la respiración agitada. Entonces él me beso, sintiendo mi sabor, disfrutándolo juntos. Se sentó junto a mí y me abrazo.
Me pregunto si estaba bien, le dije que mejor que nunca, que hacía mucho tiempo que no sentía algo así.
Recorrí su cuerpo con mis manos de nuevo y volví a jugar con su sexo en mi boca, hasta que de nuevo estuvo bien dura.
Me puse de rodillas en el sofá y él se puso detrás de mí. Con sus dedos empezó a buscar mi sexo húmedo e introduciéndolos dentro de mí. Los movía delicadamente y cuando los sacaba recorría el trayecto hasta mi culito y empezaba a introducirlos allí. Eso me volvía loca. No pares le dije.
Cada vez mas excitados los dos, me pregunto qué era lo que más deseaba, y le dije que deseaba sentirlo dentro de mí.
Así empecé a sentirle poco a poco dentro de mí, entrando lentamente, moviéndose poco a poco, hasta que estuvo dentro de mí.
Entonces empezó a moverse cada vez más rápido, mientras yo me movía al unísono con él, sintiéndolo dentro, haciéndome disfrutar al máximo. Mis manos recorrían mi sexo, mojado de la excitación, tocaban sin para mi clítoris y entonces ocurrió de nuevo, mientras él me decía que le volvía loco, volví a correrme y caí rendida en el sofá.
Entonces él se puso delante de mí, y empecé a tocarla con mis manos, para luego meterla de nuevo en mi boca, y moverla como nunca, sin parar, hasta que sus piernas empezaron a temblarle y supe que al fin llegaba su momento.
La movía dentro de mi boca sin parar, esperando que llegara para saborear tan preciado tesoro. Para sentir lo que toda la noche había estado esperando. Así que sentí su gran corrida dentro de mi boca, el calor de su leche recorriendo mi lengua, pasando por mi garganta. Ese sabor que hace únicos a los hombres. Fue genial.
El se sentó a mi lado, agotado, pero con una sonrisa en la boca. Empezó acariciarme y a besarme.
Nos quedamos abrazados un buen rato, pero yo tenía que volver a casa, aunque no quería irme de su lado.
Siempre recordare aquella maravillosa noche, esa noche que tanto tiempo espere y al final fue mejor de lo que había soñado.

miércoles, 18 de agosto de 2010

TORMENTA DE RECUERDOS

Los recuerdos golpean mi mente como truenos en una gran tormenta.
Quererte y no tenerte es como una gran descarga de electricidad que abruma mi cuerpo. Mis manos tiemblan al recordarte y mis ojos se inundan en lágrimas.
Fue un castigo quererte tanto, por el cual estoy pagando la condena de no tenerte, de vivir sin ti, sin tus caricias y tus besos.
Hay una gran tormenta azotando mi cuerpo cada día, con cada recuerdo, a cada momento y no cesara hasta que no estemos juntos de nuevo.

lunes, 9 de agosto de 2010

jueves, 5 de agosto de 2010

MI PRIMERA VEZ

Mi trabajo de hoy era masturbarme pensando en cómo será la primera sesión que hagamos. Lo primero que echo es sacar mi vibrador del armario, me tumbado en la cama boca arriba, con las piernas abiertas. He cogido dos pinzas que tenía en la mesita de noche. Las he puesto en mi lengua con la intención de llevarlas hasta que me corriese.
He intentado tocarme lo menos posible con las manos, porque en mi cabeza la tenia atadas. He empezado a imaginar cómo seria y esto es lo que se me pasaba por la cabeza cuando mi vibrador rozaba mi clítoris.
Habíamos quedado, por fin llegaba ese momento aunque me parecía pronto me sentía preparada, aunque los nervios estaban ahí. En 2 meses y medio ya iba a tener mi primera sesión.
Nos encontramos en un hotel en el centro de Valencia, había recibido órdenes de lo que tenía que hacer y como lo tenía que hacer.
Llegue aquella habitación, estaba vacía, tu no estabas. Me puse el collar que había comprado meses antes. Me senté a esperar. Mientras me esperaba saque de mi bolso unas pinzas que había cogido y las puse en mi lengua, para ir practicando. Cada vez estaba más acostumbrado a sentir aquello sobre mi lengua, aunque era muy molesta la verdad.
Escuche la puerta y me levante de golpe, adopte la posición que sabía que tenía que adoptas, cabeza baja, manos en la espalda y las piernas muy abiertas. Llegaste por detrás de mí, me dijiste que te saludara y pasaste tu mano por entre mis piernas. Un escalofrió recorrió mi cuerpo. Comprobaste que llevara todo lo que me habías mandado. Así era además viste que llevaba puesto el collar y las pinzas. Me dirigiste hacia la cama y me dijiste que me quitara la ropa. Así lo hice. Me observabas desde algún punto no se cual, me dijiste que me arrodillara con las piernas muy abiertas y las manos en la espalda. Te pusiste delante de mi me quitaste las pinzas de la lengua y metió todo su sexo en mi boca, hasta el final. Me dijiste que me lo tenía que comer todo sin tocarlo de con las manos. Mientras que hacia eso pusiste 2 pinzas en cada pezón, esas pinzas eran muy dolorosas pero yo seguí sin quejas lo que estaba haciendo.
Me dijiste que me pusiera en la posición 3 y sentí dos golpes muy fuertes un mi trasero, un escalofrió recorrió mi cuerpo y sentí como tu mano recorría mi sexo húmedo, estaba muy excitada, más de lo que yo hubiera imaginado. Entonces una fuerte embestida desde atrás hizo que gimiera de placer o de dolor no sé muy bien como decirlo. Si seguía así me iba a correr, te lo hice saber y me dijiste que eso no podía ser que si me corría seria castigada. No quería ser castiga así que aguante, por lo menos esa primera vez.
Posición 1 me dijiste quiero ver como estiras esos brazos, así lo hice aunque aquella postura era realmente incomoda y además no podías defenderte de nada estaba totalmente a su merced. La verdad es que por mi cabeza pasaban muchas cosas que podrían suceder en aquel momento.
Pero entonces me he corrido en la realidad, moviendo el vibrador cada vez más rápido notando como se va mojando mi mano de sentir ese movimiento de rozarme mientras lo muevo más rápido. He intentado no hacerlo, pero llevaba las pinzas en la lengua desde el principio y había aguantado una vez ya de no hacerlo. No podía aguantar más y lo hecho.

NOSTALGIA

HOY MI DIA SE VISTE DE NEGRO POR QUE EN MI CORAZON REINA LA OSCURIDAD DE NO TENERTE ENTRE MIS BRAZOS, DE NO SENTIR LA CARICIA DE TUS MANOS Y EL ABRAZO DE TUS LABIOS, HOY MI ALMA SE CONSUME POR NO ESTAR A TU LADO Y MIS LAGRIMAS MARCAN MI ROSTRO POR NO ESTAR CONTIGO

PLACERES

Son tantos los placeres que pueden llegar a sentir dos cuerpos que se desean, que se estremecen al imaginar tocarse, son tantas las sensaciones que se pueden vivir que se hace increíble que seamos capaces de soportar pasar el tiempo sin vernos....

TE QUIERO


Te quiero tanto que no sé como sobrevivo un día sin verte. Eres la luz que ilumina mis días grises, la mano que me guía al andar, el sol que me da calor y los brazos que me abrigan cuando hacer frio. Lo eres todo para mí y sin ti no soy nada.

CADA NOCHE

Aquí estoy como cada noche esperando que vengas a deleitarme con tus palabras. Cada vez que me escribes te quiero, una caricia recorre mi cuerpo, un susurro como una brisa en la orilla del mar hace que mi cuerpo se estremezca al sentirlo. Pensar en ti, es como sentir tu mano junto la mía, como sentir el latido de tu corazón cuando me abrazo sobre tu pecho.
Es como una noche de luna llena en la orilla del mar, como el placer más dulce que tu paladar puede degustar, como una sonrisa de la persona más querida.
Estar contigo y no estar esa es mi condena ese es mi pecado. Desearte y no tenerte, querer besarte y no poder hacerlo, de abrazarte y solo poder imaginarlo, de susurrarte y que ese susurro solo sea mi pensamiento, en el que a cada instantes estas presente, en el que vives día a día y alimentas mis ganas de seguir adelante de luchar por ese día que ambos esperamos en el que nos uniremos y nadie jamás nos lograra separar.

OSCURIDAD


CUANDO SIENTES QUE NO VALE LA PENA RESPIRAR, SEGUIR CAMINANDO HACIA UN FINAL QUE YA SABES, ESO ES LO QUE MAS DUELE. CUANDO SIENTES QUE EL CORAZON LATE CADA VEZ MAS DESPACIO, QUE DE UN MOMENTO A OTRO SE PARARA Y QUE AL FIN PODRAS DESCANSAR EN PAZ.
OLVIDAR TODO AQUEL SUFRIMIENTO QUE NO CREIAS POSIBLE, PERO QUE POCO A POCO FUE CONSUMIENDO TUS ENERGIAS. ESA OSCURIDAD SE FUE APODERANDO DE TU ALMA Y DE TUS GANAS DE LUCHAR POR SEGUIR ADELANTE EN BUSCA DE UN SUEÑO, ESE SUEÑO QUE PENSABAS QUE ALGUN DIA SERIA REAL. QUE PODRIAS SER TAN FELIZ COMO HABIAS VISTO EN MILES DE PELICULAS.

Y DE QUE SIRVE LAMENTARSE Y LLORAR ME PREGUNTO, PERO MI CORAZON ME DICE QUE YA NO TIENE FUERZAS PARA SEGUIR CON TANTO DOLOR, ASI QUE EL DIA MENOS ESPERADO LA POCA LUZ QUE QUEDA EN MI DESAPARECCERA PARA SIEMPRE Y AL FIN MI CORAZON DEJARA DE LATIR PARA DESCANSAR EN PAZ...

domingo, 16 de mayo de 2010

Epica- Illusive Consensus en español

BUENISIMO ESTE TEMA. ME ENCANTA

MIEDO


Al conocerte tuve miedo, miedo a descubrirme realmente, miedo amarte con todas mis fuerzas, a quererte como a nadie, miedo a no saber sentir, pero sobre todo miedo a perderte.
Logré vencer al miedo, y te ame como a nadie, pero el destino nos quiso separar y ese miedo volvió a mi, se aferró con tal fuerza que me hizo morir...
Morí... mi pensamiento se alejo de ti, renací por dentro. Derrumbe las barreras que me ataban al miedo, mire a mi alrededor y no estabas tu.
Me veía en un resplandor, que me dolió aun mas...
Te conocí...es verdad
te ame... también es verdad, por eso aunque el miedo me haya invadido, pude ser quien soy, lo que quiero y hacia donde voy...

DOLOR


Aunque me duela te has ido, me has dejado sola y herida, pero aunque no estés siempre te llevare en el corazón, por que siempre te querido y siempre te querré, Aunque pase el tiempo siempre estarás conmigo.

CARICIAS


Tus caricias son como pétalos de rosas que suavemente recorren mi piel, que hacen que mi cuerpo se estremezca con cada roce tuyo. Despiertas en mi cada uno de mis sentidos cuando te tengo cerca, y cuando estas lejos en mi pensamiento siempre estas.

viernes, 14 de mayo de 2010

TRISTEZA

Hoy me siento triste, sola, vacia, sin ganas de hacer nada y con ganas de tirar la toalla y empezar una nueva vida. La monotonia de cada dia me vence poco a poco, necesito cambiar hacer cosas diferentes, que cada dia sea una nueva aventura y hoy por hoy no lo es.
Es muy dificil teniendo un trabajo hacer que cada dia sea difente pero al menos si que podria intentarlo. En fin dentro de nada me tngo que ir a trabajar, pero es que hoy no tengo fuerzas ni para eso.

jueves, 13 de mayo de 2010

FANTASIAS

El fue lo último que pensé al acostarme y lo primero que me vino a la cabeza al levantarme. Sabía que tenía una oportunidad de verle, aunque fuera a lo lejos. No perdía nada al intentarlo.
Así que aquella mañana me levante pronto, me arreglé y cogí mi coche para ir en su busca. Solo nos separaban unos 40 km de distancia, pero claro una vez llegara a mi destino tenía que encontrar el dichoso conservatorio donde él estaría grabando.
Mientras conducía en mi cabeza solamente estaba él, cada conversación, cada mirada, cada sonrisa…. Pensaba en la cara que pondría él si realmente lo encuentro, si me ve allí plantada, esperando algo o alguien.
No sé, tal vez son todo ilusiones mías, todo fantasías de mi mente. A lo mejor es que necesito más cariño del que tengo y por eso le busco a él. Necesitaba comprobar si era real o solo un producto de mi imaginación.
Al fin llegue, no eran ni las 9.Perfecto ahora solo quedaba preguntar a alguien para ir al conservatorio. Él estaría allí hasta las 12, no me importaba esperar, por el esperaría todo el tiempo del mundo, se lo merece por como es y cómo me trata.
Pregunté a un señor que donde quedaba el conservatorio, me dijo que no era difícil de llegar que en un par de calles lo encontraría. Mi corazón empezó a latir con más fuerza, parecía que se iba a salir de mi pecho, pum pum, pum pum. Al girar la última calle vi un gran edificio “CONSERVATORIO”, un escalofrío recorrió mi cuerpo, pare el coche y espere cerca.
No sabía si el llegaría pronto o no, si aparcaría cerca de la puerta o retirado, si iría acompañado o solo…
Bajé del coche y me puse a caminar, tal vez para intentar relajarme. En diez minutos empezaron a llegar coches de los cuales bajaban niños de 8 o 9 años, pero él no aparecía.
Empecé a pensar que tal vez no era cierto lo que me decía, que simplemente eran escusas para no quedar, a lo mejor él se conformaba con hablar por el MSN y vernos por Cam, pero yo necesitaba algo mas, necesitaba sentir el contacto con su piel, el roce de sus labios, necesitaba tenerle cerca para saber que era real.
Una pena inundo mi alma y entre en el coche con la idea de irme y hacer como que nunca cogí el coche, que nunca fui en su busca, seguiría igual con él, porque es alguien muy importante para mí, pero nunca sabría lo que hice aquella mañana.
Arranque el coche con lagrimas en los ojos, hice un giro allí mismo para dar la vuelta y de repente apareció un coche delante de mí. Tuve que frenar en seco y el también. Y cuando abrí los ojos y mire al frente ahí estaba el.
Salió del coche deprisa y vino a mi ventana a preguntarme si estaba bien, tan dulce, tan amable como siempre. Como había imaginado en mis sueños. No sabía el si me reconocería, aunque realmente debería de hacerlo, nos hemos visto muchas veces a través de la pantalla.
Salí del coche, despacio con la cabeza baja, y cuando estuve frente a él, nos miramos, como tantas veces nos habíamos mirado. Nos inundo el silencio, no sabíamos ni que decir ni que hacer. Un calor se apoderaba de mis mejillas y me sonroje.
Al fin el, levanto su mano lentamente y me acaricio la mejilla lentamente muy suave como si fuera a romperme.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y de mi boca salió un suspiro. El me pregunto qué hacía allí, porque llevaba los ojos llorosos.
No me salían las palabras, solo quería que el tiempo se detuviera, para que aquel instante no acabara nunca.
Levanté mi mano y la puse sobre la suya apretándola con cariño sintiendo su calidez. Al fin le dije que venía a verle, y que ya me iba por que no había llegado y justo fue cuando apareció delante de mí.
Me sonrió y me abrazo contra su pecho, me dijo que ahora tenía que marcharse pero que a las 12 cuando saliera si yo le esperaba podríamos estar otros 10 minutos juntos. Le dije que le esperaría, que valía la pena esperar por diez minutos. Me beso suavemente en los labios y se fue.
Me quede allí sola, con su sabor en mis labios, con su calor en mi mejilla, con su olor en mi cuerpo. Creo que el corazón no me latía, que se había parado en ese momento para recordarlo por siempre.
Aquellas tres horas fueron infinitas. Me fui a dar una vuelta por el pueblo, aunque ya había estado allí alguna vez no lo conocía mucho. Tome un café, pero mi mente estaba llena de él, siempre de él. Me hubiera encantado que aquel triste y solo café hubiera sido junto, pasear de la mano, besarnos en cada esquina, llenarnos con ese deseo que nos recorre la piel.
A las 11.30 yo ya esperaba impaciente en la puerta del conservatorio, impaciente, ansiosa de sentir sus manos acariciando mi cara y sus labios rozando dulcemente los míos. A las 11.40 le vi aparecer en la puerta, me cogió de la mano y me dijo ven. Nos adentramos a un pasillo oscuro y vacio. Mi corazón latía velozmente, no sabía lo que quería ni donde me llevaba. Saco una llave del bolsillo y abrió una puerta que daba paso a una pequeña habitación. Entramos en ella y cerró la puerta. Me cogió por la cintura y me llevo hasta una pared y se puso delante de mí. Me susurro en el oído que no había podido pensar en otra cosa durante la grabación, que me deseaba y que no podía esperar más este momento.
Así empezó a besarme lentamente lo labios, el cuello. Su mano recorría mis mejillas, mi cuello, bajaba por mis pechos y llegaba a mi cintura y así volvía a subir. Mis manos se posaron en su culo, apretándolo con fuerza y nos besamos apasionadamente, torpes sin saber dónde poner las manos, sabiendo que lo que hacíamos era fruto del deseo, de tantas y tantas conversaciones, de tantas y tantas noches pensando el uno en el otro. Las respiraciones se aceleraban y los gemidos eran cada vez más fuertes. Notaba como se le ponía cada vez más dura y se apretaba mas conmigo para que yo la notara, me estaba poniendo a mil. La situación era perfecta, solo teníamos 15 minutos, los dos sabíamos que deseábamos, así que él me dio la vuelta, se bajo en pantalón y dejo salir toda su erección fuera. Me levanto la falda y tiro hacia un lado mi tanga, paso la mano por mi coñito notando su humedad. Mi clítoris se iba haciendo más grande mientras él lo tocaba. Y entonces metió toda su polla dentro de mí moviéndose despacio, haciéndome sentir en cada uno de mis músculos su fuerza. Cada vez se movía con más fuerza haciendo se sentir hasta en lo más hondo de mi. Yo me movía a su ritmo mientras mi mano masajeaba mi clítoris. Sabía que no tardaría mucho en llegar al orgasmo, toda aquella situación me tenía a mil y creo que a él tampoco le quedaría mucho.
Seguía con los movimientos acompasados con nuestras respiraciones, le dije que no parara que quería sentirlo dentro de mí, sentir su energía, ganas, quería correrme con ella dentro y que él lo notara.
Mis piernas empezaron a temblar, mis gemidos fueron cada vez más fuertes, al igual que sus embestidas. No pares cielo, no pares, le dije- me voy a correr para ti, para que lo sientas. Así me corrí, inundando aquella sala con mis gemidos. El paro de moverse y saco su polla de mi. La cogí con mis manos y empecé a pajearla. Me arrodille delante de el, y empecé a jugar con mi lengua, saboreando los restos de mi orgasmo. Pasaba mi lengua juguetona por todo su sexo, por su capullo, por sus huevos, el se movía deseoso de que la metiera entera en mi boca.
La introducir poco a poco, con ligeros movimientos, dentro, fuera, dentro, fuera. El gemía de placer y a mí me volvía loca escucharle tan excitado. Aumente en ritmo, el movía su pelvis a mi compas. Se la comía como hacía mucho que no lo hacía, con ganas de devorarlo, de hacerle mío, de sentir su corrida en mi boca. Vamos córrete- le dije- dámelo todo, si así quiero que me inundes las boca con tu leche.
Se corrió, me lleno toda la boca con su placer, saboree toda su corrida, me encanto aquella sensación de poder.
Me levante, coloque mi ropa en su sitio. Le mire, aun respiraba rápidamente, le bese y me beso. Me susurro al oído que nunca podría olvidar ese momento. Se subió el pantalón se recompuso de su orgasmo y salimos los dos juntos por la puerta.
Me acompaño hasta el coche, me dijo que aun no me había ido, pero que ya me echaba de menos. Le dije que pronto nos volveríamos a ver.
Le di un pico en la boca, me subí en el coche y me fui camino a casa.

sábado, 8 de mayo de 2010

LA VIDA

La vida da muchas vueltas a lo largo de los años. Nos hace madurar, nos hace reír y llorar, amar y perdonar. En esta vida solemos pasar por muchos estados de animo. Yo muchas veces tengo ganas de llorar, por que tal vez creo que no tengo la vida que merezco, pero realmente cada uno tiene lo que se merece o por lo menos eso dicen.
En diciembre conocí a una persona, alguien que me explico la diferencia entre sentir lo que se hace y hacerlo por simple placer.Según me dijo solo iba a enseñarme el mundo en el cual se movía, la gente con la que salia, en fin que con esa persona supuestamente solo iba a ver amistad. Así que quedamos la recogí y fuimos a dar un vuelta.Hablamos mucho rato, nos reímos, me explicó como son las cosas y como las ve. Lo pasé genial. De vuelta a su casa, nos quedamos un rato en el coche hablando, y cuando menos lo esperaba se abalanzó sobre mi y me besó.Me quedé inmóvil, no sabia que hacer, entonces me dijo que mejor se iba.Dije que no pasaba nada que podía quedarse si quería,pero claro volvió a besarme y sus besos me pusieron cada vez mas nerviosa, me temblaba cada músculo, no sabia que hacer, así que opté por seguir sus besos. Cada vez eran mas apasionados, mas excitantes. Dimos paso a las caricias, a las miradas, la excitación iba en aumento, la respiración se aceleraba. Así su mano se acerco a mi, a mi pierna, subiendo por mi muslo, hasta que llego a mi sexo. Un suspiro salio de lo mas hondo de mi....

jueves, 6 de mayo de 2010

HISTORIA


Miriam, sabes perfectamente lo que debes hacer, no dejes que todo ese odio te queme el alma, porque sabes que no puedes seguir así toda la eternidad.
Juan tenía razón, no podía seguir como un alma en pena por todos los rincones, sólo porque aquel mortal me había abandonado por su Julieta. Yo sabía perfectamente cual era la venganza que debía ejecutar.
-No debes ser compasiva con los mortales y menos con los que te hacen daño, lo sabes.
-Lo sé – le dije, me acerqué a él y le abracé.
Mi dulce Juan, siempre había estado conmigo, desde el principio. Aunque ahora sólo fuéramos amigos, no podíamos vivir el uno sin el otro. Él me convirtió en lo que ahora soy, y creó este lazo indestructible que nos une eternamente. Pase lo que pase, Juan siempre estará aquí conmigo, a mi lado. Y sé que él tiene razón cuando me dice que, o olvido a ese simple mortal o le sirvo la venganza en un plato muy frío.
- Pero tendrás que ayudarme – le dije.
- Lo sé, y sabes que lo haré, mi dulce Princesa.
Me encantaba que me llamara así, cuando esa palabra salía de su boca, sentía que nada podía separarme de él.
- Entonces lo haremos esta noche. – le anuncié.
- ¿Estás segura?.
- Completamente. Quiero que este fuego deje de quemarme el alma, quiero dejar de sentirme triste y desolada, quiero recuperar mis fuerzas, por eso tiene que ser esta noche, no quiero demorarlo más.
- Entonces será esta noche – sentenció mi amado Juan.
Le conté cual era mi plan y tras eso salimos a buscarle.
El mortal estaba cenando con su Julieta en un romántico restaurante del centro de la ciudad. Reían felices y ajenos a lo que les esperaba. Juan y yo entramos en el restaurante. El mortal me reconoció nada más verme. Como no iba a hacerlo, hasta hacía un par de semanas habíamos compartido la misma cama varias noches. Me había susurrado al oído que me amaba, que yo era única y especial. Pero ahora estaba en aquella mesa, acariciando la mano de aquella Julieta, diciéndole que la amaba más que a nada en el mundo. Y mi corazón se quemaba oyendo aquello.
- Tranquila. – me susurró Juan al oído, al ver que aquellas palabras me corroían.
Nos sentamos en una mesa, cercana a la de ellos. Juan se puso dándoles la espalda, frente a mí. Yo podía verles perfectamente desde mi sitio. Un camarero se acercó a nosotros y nos dio la carta.
- ¿Desean tomar algo?
- Dos cafés, muy calientes – pidió Juan. Evidentemente no nos los tomaríamos, pero debíamos tratar de aparentar la máxima normalidad posible.
Juan abrió la carta y empezó a leerla (en realidad no la leía, trataba de escuchar y sentir los pensamientos del mortal y su Julieta), yo hice lo mismo.
Cuando nos trajeron los cafés, el mortal pidió la cuenta. El camarero nos preguntó que íbamos a cenar.
- Todavía no lo tenemos decidido – dijo Juan - ¿verdad, querida?
Afirmé con la cabeza, y el camarero abandonó nuestra mesa.
El mortal dejó el dinero en la bandejita que el camarero le había traído la cuenta, y él y la chica se levantaron de la mesa. Juan y yo esperamos a que salieran del local, entonces también nosotros abandonamos el local.
Les seguimos, hasta que al llegar a una oscura y solitaria calle le dije a Juan:
- Ahora.
Ambos empezamos a volar a gran velocidad, en cinco segundos los atrapamos. Yo cogí a la chica, rodeándola con mis brazos por la cintura. Juan cogió a Othello (mi dulce mortal), aunque este intentó zafarse de sus brazos, pero sin éxito. Juan se situó frente a mí, con Othello delante de él, sujetándolo fuertemente por el cuello.
Yo, sin soltar a Julieta, incliné su cabeza hacía la derecha, y con furia clavé mis dientes en su cuello.
- ¡Noooooooooo! – gritó Othello en un aullido ensordecedor.
Empecé a succionar con fuerza. Y la vi a ella en la cama, con mi dulce Othello entre sus piernas, desnudos ambos, él bombeando contra ella, sudorosos los dos. Les vi jurándose amor eterno.
Miré a Othello, sus ojos vidriosos parecían mirarme con odio, mientras un par de lágrimas rodaban por sus mejillas. Sentí su dolor y el mío, y no puede evitar sentirme triste. Seguí succionando, quitándole la vida a Julieta, para llenarme con esa vida. Sentí las calientes lágrimas de sangre saliendo de mis ojos. Aquello era una locura, pero era mi locura, estaba loca de amor por aquel mortal.
Sentí el último suspiro de vida de Julieta, pasando a través de mis venas y la solté, dejándola caer al suelo, ya moribunda. Me abalancé sobre mi amado Othello y clavé mis dientes en su cuello. Juan le soltó. Othello trató de apartarme sin conseguirlo, mientras gritaba:
- ¡Noooo! ¡Noooo! ¡Déjame!.
Pero no le hice caso, succioné su sangre igual que había hecho con la de Julieta, y de nuevo la vi a ella, pero también me vi a mí, y a él. Los dos en la misma cama, amándonos, su sexo dentro del mío, sus manos acariciando mis senos, sus labios besando los míos y su voz susurrándome al oído: "Te amo". Le solté en ese instante, me mordí la muñeca y la acerqué a sus labios:
- ¡Bebe! – le ordené.
- ¡No, Miriam, no me hagas esto! – suplicó él, mirándome con compasión.
- ¡Bebe, condenado mortal! – grité enfurecida, poniéndole mi muñeca sobre sus labios para obligarle a succionar.
Bebió hasta que aparté la muñeca de sus labios. Tras eso, Othello cayó al suelo retorciéndose, sintiendo como su cuerpo moría para volver a renacer como un inmortal. Juan se acercó a mí y me susurró al oído:
- Muy bien Princesa, muy bien. – Su mano acarició una de mis nalgas. Sus labios besaron mi cuello desnudo y una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo.
El deseo empezó a surgir en mi, así que arrastré a Juan hacía la pared, él se dejó arrastrar por mí, sabía perfectamente lo que quería de él. Sabía que necesitaba aquello y se dejó hacer. Cuando mi cuerpo se pegó al suyo, su sexo ya estaba totalmente erecto. Así que con suma rapidez ambos nos desnudamos.
- ¡Gina! – gritó Othello.
Pero no le escuché, ya no podía escucharle. Mi corazón ya no le pertenecía, ahora era de Juan, mi dulce Juan, mi oscuro príncipe. Su sexo erecto, expuesto ante mi, parecía pedirme que lo devorara, así que acerqué mi boca a él. Juan puso sus manos sobre mi cabeza, mientras su mirada se perdía sobre Othello.
- ¡La has perdido, condenado imbécil! ¡Las has perdido a ambas! ¡Te advertí que no le hicieras daño a mi princesa o lo pagarías caro! ¡Ja, ja, ja, ja! – su risa sonó como un estruendo en mis oídos, mientras mi boca se cerraba sobre su erecto pene y empezaba a succionar.
Mis colmillos se deslizaron suavemente sobre la caliente carne, y Juan se estremeció. Seguía riendo, mientras yo podía comprobar que dejaba de sentir los pensamientos de Othello; ya era un vampiro casi por completo, y sus pensamientos se cerraban para mí, su creadora.
Me concentré en darle placer a Juan, acaricié sus huevos, mamé su polla y la saboreé.
- ¡Ven Princesa! – me pidió Juan, haciéndome poner en pie.
Me cogió por la cintura, me elevó frente a él, aupándome, y me dejó caer sobre su pene erecto, altivo, llenándome por completo. No abrazamos. Sus labios se posaron sobre mi cuello y los míos sobre el suyo. Comencé a moverme sobre su pene erguido, mientras él me sujetaba por las nalgas, ayudándome a subir y bajar. Yo me apretaba contra él una y otra vez, sintiéndole, llenándome de él. Mi cuerpo estaba ansioso de sentirle, de amarle como hacía mucho tiempo que no le amaba. Nos miramos a los ojos. Y él me dijo:
- Te amo, Princesa, te amo.
- Te amo, mi oscuro Príncipe - le correspondí.
Ambos nos habíamos olvidado ya de Othello, que estaba sentado en un banco, dándonos la espalda, a unos metros de nosotros.
Me sentía llena, y amada, mientras ambos gemíamos y nos estremecíamos de placer, sintiendo la pasión que destilaban nuestros cuerpos. Una pasión única, que sólo podíamos sentir con alguien de nuestra especie.
- ¡Noooooo! – gritó Othello desde el banco, probablemente estaba sintiendo la pasión que había entre Juan y yo en ese momento, descubriendo que mi amor por él estaba muriendo dentro de mí y quemándole su corazón.
Yo seguía cabalgando sobre el erecto pene de mi amado Juan, el fuego de la pasión recorría nuestros cuerpos y nos quemaba dentro. Sentí como su pene se hinchaba dentro de mí, mientras mi vagina le estrujaba. Nuestros movimientos se hicieron vertiginosos y en pocos segundos su esencia se derramó en mi, a la vez que mi cuerpo estallaba en un demoledor orgasmo. Cuando dejamos de convulsionarnos, él me posó sobre el suelo, nos abrazamos y mirándonos a los ojos nos dijimos al unísono:
- Te amo.
No vestimos, y entonces, Othello, sentado y abatido sobre el banco, me preguntó:
- ¿Por qué? ¿Por qué me has hecho esto?
- Porque quitarle la vida a ella y condenarte a ti a la vida eterna era el mejor castigo para reparar el daño que me has hecho.
- Sabes que no lo hice queriendo.- se justificó.
- Si, pero te advertí que amar a un vampiro es duro. Que debía ser para siempre o no podría ser.
- Lo sé, pero no podía amarte eternamente. Lo sabes.
- Lo sé, en el fondo la culpa es mía. No puedo pedirle lo eterno a un simple mortal.
Ambos nos echamos a llorar. Juan que estaba junto a mí, me cogió de la mano y me dijo:
- Vamos, vámonos de aquí.
- ¿Y él? – le pregunté – Sabes que sin nosotros no podrá sobrevivir.
Juan se acercó a Othello y le tendió la mano.
- Anda, vamos, tienes muchas cosas que aprender y seguro que pronto encuentras alguna mortal que te ame eternamente.
Othello se levantó, Juan volvió junto a mí, pasó su brazo por detrás de mis hombros y empezamos a caminar, unos pasos más atrás Othello nos seguía, abatido, mirando el cuerpo inerte de Julieta. Juan me miró, adivinando lo que estaba pensando (él no podía leer mis pensamientos por ser mi creador) y el cuerpo empezó a arder, desvaneciéndose en pocos segundos. Y juntos los tres nos perdimos en la oscura noche.

PRESENTE

Hace como una semana y media conoci a una persona, alguien que buscaba una amiga con la que hablar, a la que contarle su dia a dia, supongo que alguien en quien confiar. Y bueno, yo la amistad no se la niego a nadie, todos merecemos una oportunidad de ser escuchados. Asi que sin dudarlo le di mi direccion de mesenger y empezamos hablar. Me dado cuenta que en el poco tiempo que hemos hablado, las circunstancias no nos permiten mas, que es una gran persona, que se merece todo mi apoyo y que puede confiar en mi plenamente. Asi que, espero pronto llege el dia en que nos veamos en persona.

viernes, 30 de abril de 2010

Celine Dion - Sola Otra Vez (Tony Video Edit)

SOLA OTRA VEZ

Hoy mi mundo se derrumba. Él que un día consiguió levantarme y darme fuerzas para seguir, se va. Se va sin mirar atrás, sin ver lo que deja tras su paso. Mi corazón se rompió al ver sus palabras escritas, no me lo podía creer, ahora que creí haber encontrado mi lugar. Se fue como un huracán y dejo desolación a su paso. Por mis ojos caen lágrimas de dolor, no puedo creerlo, aun no. Tan buenos momentos que hemos pasado, tantas esperanzas que tenia en él. Espero volver a verle pronto. Sin el no soy nadie....

miércoles, 28 de abril de 2010

ILUSIONES

Al caer la oscura noche todas mis ilusiones mueren, se despiertan mis sueños.Hermosos sueños donde tu apareces junto a mi, donde nos amamos sin tapujos, sin miedos, sin engaños.
Nos miramos, y en cada mirada nos fundimos, somos dos almas en un solo cuerpo.
Nos besamos y nuestros labios se unen, nuestras lenguas se enredan, bebemos de nuestros sabores apasionadamente.
Nos abrazamos, juntamos nuestros cuerpos apretándolos con fuerza, como si al soltarlos se nos acabara la vida.
Nos amamos, entregamos nuestras almas el uno al otro, pero vuelven las ilusiones y mueren los sueños al amanecer.

martes, 27 de abril de 2010

Dark Sanctuary - Tout Ce Sang Verse...

SIN TI


Sin ti mi vida no tiene sentido

sin ti mi cama cada noche esta vacía,

sin ti mi corazón no sabe latir,

sin ti mi vida no tiene sentido,

por que el único sentido para mi

es estar junto a ti.

UN DIA MAS

Anoche me dijeron que el que no arriesga no gana, y tal vez tengan razón, por que vivir durante 4 años enamorada de la misma persona, sin poder estar a su lado es algo duro, muy duro.
Tal vez sea yo, que tengo miedo arriesgar, a que todo salga mal y se pierda la amistad que nos une, por que ante todo esta la amistad. Prefería morir sin él, que perder la amistad que ahí.
El fue la persona que marcó un antes y en después en mi vida, que me hizo sentir mujer por primera vez, que me demostró cuanto se podía amar. Pero las circunstancias y el destino nos separaron. Estuve casi un año sin saber de él, llore mucho por echarlo todo a perder. Muchas veces me hubiera encantado poder estar en su mente, para ver si el pensaba en mi. Un buen día mi móvil sonó y era el, no me lo podía creer, el. Quedamos un viernes por la noche, fuimos a tomar un café, no me lo podía creer,tenerle otra vez frente a mi. Estaba muy nerviosa, no sabia de que hablar, había soñado tantas veces con ese momento, y al fin era real.
Me dijo que había cambiado mucho, que me había convertido en toda una mujer, yo no quería separarme de el, no quería que el me volviera a dejar, que no me llamara o no nos viéramos mas.
Nos fuimos a su coche para que me llevara de vuelta a casa.Añoraba tantos sus besos, sus manos, le miraba y le deseaba como hacia mucho que no deseaba a nadie.Me moría de ganas de sentir el calor de sus labios en los mios, de sentir sus manos en mi cara y en mi cuello, de sentir un mujer de nuevo.Me llevó al sitio donde solíamos ir. Me quede sin palabras. Nos mirábamos y con la mirada nos lo decíamos todo,no hacían falta las palabras.El deseo aumentaba por momentos, no sabia que hacer ni como ponerme, le deseaba pero no era capaz de lanzarme hacia el. Tenia miedo de que el no sintiera lo mismo, de que me viera demasiado cambiada... En mi cabeza las dudas se dispararon, me puse mas nerviosa de lo que estaba, no sabia si era mejor irse sin decir ni una palabra o lanzarme al abismo.De repente, algo hizo que mis dudas se pararan en seco, como si ya me hubiera lanzado hacia el precipicio y supiera que iba a morir. Era una sensación de paz, de alegría, de dulzura... eran sus labios que se habían encontrado con los mios y habían formado una química explosiva que endulzaba cada centímetro de mi.Era como si hubiera estado muerta durante mucho tiempo y sus besos fueran el corazón que hace bombear mi sangre. No me pude contener y brotaron de mis ojos 2 lágrimas. Dos lágrimas de alegría, de placer, de saber que el seguía deseandome como antes y que ni el tiempo ni la distancia había borrado las huellas que hicimos juntos.

lunes, 26 de abril de 2010

TU NOMBRE


En el silencio de la noche

grito tu nombre,

en esta soledad inmensa

grito tu nombre,

en el dia a dia

grito tu nombre.

Grito tu nombre

pero tu no estas

grito tu nombre

pero nunca apareces

grito tu nombre

pero solo el silencio responde

grito tu nombre

y de tanto gritar no me queda voz

grito tu nombre y

muero gritando en soledad.

domingo, 25 de abril de 2010

YO MISMA

Ahora tengo 24 años, casi 25, una hija de 5 y un novio con el que convivo. Mi dia a dia es el trabajo, no tengo tiempo para mucho mas, pero el que tengo me lo paso delante del pc. Esto es un mundo que me encanta, que me llena, delante del pc se me pasan las horas
Se que no esta bien, que hay que disfrutar de la vida, pero aqui desfruto muchisimo.Me gusta escribir, lo hago de vez en cuando y leer.
Ahora mismo estoy de vaciones 10 dias, hoy fui a la playa, que bien la playita estaba desierta, se escuchaban las olas del mar y escribi, creo que me desahoga escribir, es como si le contaras a alguien lo que te sucede.
Bueno luego seguire escribiendo...

INTRODUCCION


Bueno, por fin me decido a escribir en un blog de estos. Como todo el mundo creo que no tengo muchas cosas que contar, pero si me pongo a pensar, para tener 24 años he vivido muchas cosas que espero poder contarlas aquí para quien quiera leerlas o pasar un buen rato.

Aunque se me haga duro voy a intentar contarlo todo, sin tapujos como pienso las cosas y como realmente pasan. en fin espero que sean de vuestro agrado.